Pedro Pérez Cátedra y Jesús Oliva Pascual-Vaca

Escuela de Osteopatía de Madrid, Madrid, España

 

Introducción.

El estudio de la región craneocervical se presenta separado del resto de la columna cervical debido a sus marcadas diferencias anatómicas y funcionales1. Se constituye por los cóndilos del occipucio, atlas y axis. El hueso occipital presenta cóndilos orientados inferior y lateralmente, son elípticos, alargados de posterior a anterior y de lateral a medial. En el atlas, las superficies superiores son cóncavas y alargadas de posterior a anterior y de lateral a medial, paralelamente al eje del cóndilo occipital. Son articulaciones sin disco intervertebral.

Se establecen relaciones ligamentarias entre el atlas y el occipital, y entre el axis y el occipital por los ligamentos occipitoodontoideos que los relacionan.

Su relación con endocaptores implican que su función sea la de orientar la cabeza en el espacio, recogiendo la información que proporciona el oído, la vista y el olfato. El mantenimiento de la cabeza en el espacio implica la necesidad de intervención de un grupo muscular antagonista.

Hay una relación estrecha con el sistema masticador y la movilidad de la articulación temporomandibular (ATM). Su relación con el sistema vegetativo (ganglio de Ribbs) y con la arteria vertebral implican alteraciones otorrinolaringológicas y vasculares craneales, como cefaleas, migrañas, vértigos, mareos, etc.

Lesión occipucio posterior unilateral.

El occipucio realiza movimientos de flexoextensión (eje transverso) rotaciones (eje axial; aquí el movimiento se asocia con un desplazamiento anterior de un cóndilo y posterior del otro) y lateroflexiones (eje anteroposterior [AP]; aquí el occipucio realiza una rotación contraria adaptativa y arrastra al axis por tensión del ligamento occipitoodontoideo)

La lesión se debe a una alteración biomecánica consisten- te en una báscula del cóndilo occipital que se desplaza posteriormente sobre el atlas.

El lado contrario actúa de punto fijo, generando un pivotaje del occipucio, en el lado de la lesión. El movimiento de retroceso está asociado a lateroflexión adaptativa contraria, por lo que el occipucio también será más alto del lado de la lesión. La lesión se mantiene por espasmo muscular del recto anterior menor.

Objetivos.

Suprimir el espasmo del músculo recto anterior y restaurar la función articular. Disminuir clínica vertiginosa, mareos, dolores de cabeza y limitaciones en la movilidad en la apertura en la ATM.

Principios.

Construiremos una palanca en flexión, lateroflexión y rotación opuesta al lugar de la lesión, para restaurar la movilidad con un thrust en lateralidad del occipucio sobre el atlas, generando un impulso de corta amplitud y amplia velocidad.

Evaluación diagnóstica.

1. Pruebas radiológicas. Placa AP oral que permite estudiar la anteroposterioridad del occipucio. La radiografía con incidencia en vértex nos dará referencias de la rotación del atlas con el occipucio y el axis.

2. Inspección. Línea central de la cara desviada, mentón desviado del lado de la lesión. La frente está inclina- da de lado opuesto de la lesión y por la cara posterior, la oreja del lado de la lesión aparece más alta.

3. Palpación. Occipucio posterior y alto, el axis del mismo lado es posterior, atlas en relación anterior y lateral con respecto al occipucio en lesión.

4. Test occipucio-atlas.

— En rotación: el terapeuta palpa con el índice la mastoides y con el medio la transversa del atlas; a la rotación el espacio a testar debe aumentar.

— En lateroflexión: se valora el deslizamiento del atlas hacia la convexidad del lado de la lateroflexión.

5. Test de Gillet. El terapeuta realiza, con el paciente sentado, lateroflexión del lado contrario a la lesión, para abrir la articulación occipitoatloidea y generar un empuje en la línea curva occipital con el pulgar. Se valorará la capacidad de deslizamiento anterior y posterior. El cóndilo en lesión no aceptará el deslizamiento anterior.

6. Test de Mitchell. Paciente en decúbito supino, se genera traslación lateral del cráneo a un lado y a otro, valorando la capacidad de imbricación y desimbricación del cóndilo occipital, y flexoextensión para valorar la posibilidad de posteriorización/anteriorización del cóndilo. En la lesión de occipucio posterior se limitará la traslación desde el lado lesionado y la extensión.

Beneficios. Indicaciones.

La técnica de thrust está indicada en caso de lesión del cóndilo occipital en posterioridad unilateral, lesión que implica al segmento craneocervical. Se producen disfunciones adaptativas en el resto de la columna, que generarán irritación de otras estructuras capsuloligamentarias por solicitación mecánica excesiva, y algias musculares correspondientes al mantenimiento de las adaptaciones.

Además se producen disfunciones del sistema vestibular (vértigos de origen cervical, zumbidos) alteraciones arteriales, (migrañas), cefaleas (neuralgia de Arnold), etc.

A su vez hay una alta influencia sobre el sistema ortosimpático craneal y sobre la biomecánica de la ATM.

Riesgos. Contraindicaciones.

Antes de aplicar técnicas de impulso, y más concretamente en la región occipitoatloaxoidea, se deben valorar y conocer las contraindicaciones a éstas. La técnica de thrust está contraindicada en caso de malformaciones como el síndrome de Klippel-Feil, bloques vertebrales congénitos, occipitalización del atlas, pontus unticus (calcificación del arco posterior del atlas y el occipucio).

Técnica de thrust para disfunción posterior unilateral del cóndilo occipital.

Tampoco en el síndrome de Down (por posibles subluxa- ciones atloaxoideas). Es una contraindicación absoluta tam- bién la impresión basilar, que se descartará por mediciones radiográficas (líneas de Mc Gregor, líneas de Chamberlain, etc.).

Están incluidas como contraindicaciones, malformaciones tipo Arnold Chiari y siringomielia.

No se ejecutarán técnicas de impulso en fracturas (Jefferson, etc.) y luxaciones, en reumatismos inflama- torios, especialmente en la poliartritis reumatoide, que tiene predilección, entre otras, por la articulación atloaxoidea. Tampoco en tumores óseos (osteosarcomas, etc.).

A su vez se ha de valorar el riesgo de insuficiencia verte- brobasilar con el test de Klein5, que catalogará la técnica como contraindicada en caso de ser positivo.

Posición del paciente.

Decúbito supino.

Posición del terapeuta.

A la cabecera del paciente, finta adelante del lado a tratar.

Contactos.

La mano caudal (lado no lesionado) abierta recibe la barbilla del paciente sin agarrarla, quedando el antebrazo sobre la apófisis cigomática del lado no lesionado.

Mano craneal (lado de la lesión) contacta mediante la MCF del índice sobre el cráneo, reduciendo los tejidos, tras la apófisis mastoides. El pulgar queda extendido sobre el cráneo tras la oreja en dirección del frontal. La muñeca con ligera inclinación cubital; el antebrazo está bloqueado contra el abdomen del terapeuta y orientado en el eje del contacto.

Parámetros.

  • Cabeza en posición de doble mentón (flexión cervical alta) para proteger la arteria vertebral; compresión con el pecho del terapeuta sobre la cabeza del paciente para relajar los tejidos blandos y después deslizamiento anterior.
  • Reducción del slack en deslizamiento lateral.
  • Flexión cervical, lateroflexión del lado de la lesión y muy ligera rotación contraria.

Reducción del slack.

Sin perder los parámetros, ajustamos los parámetros menores con pequeñas circunducciones, aumentamos la rotación.

Precauciones.

Favorecer la relajación tisular; respetar la fisiología de la zona evitando la extensión que ponga en riesgo la arteria vertebral.

Conclusiones.

Las disfunciones somáticas del segmento craneocervical, y concretamente las occipitoatloideas, comprometen la estabilidad y la movilidad del segmento cervical en conjunto, así como la biofisiología de otras regiones, que incluyen la esfera craneal y la estomatognática entre otras.

El correcto análisis de la lesión en cuanto a su diagnóstico, la interpretación de contraindicaciones y la correcta ejecución de esta técnica, permitirán la normalización de la movilidad de este segmento y la mejoría de su sintomatología.

Conflicto de intereses.

El autor declara no tener ningún conflicto de intereses.